
Julio César Martínez Aguirre, en compañía de los compañeros ya fallecidos Rodolfo Amador Gallegos “Hugo” y de José Santos Sobalvarro “El Chele Adrián”, fueron quienes realizaron las labores de exhumación de los restos del Comandante Carlos Fonseca Amador, hecho histórico que conmovió a Nicaragua entera.
Los restos del Padre de la Revolución Popular Sandinista estaban enterrados en la comunidad de Dipina desde 1976.
Posteriormente, los restos de Carlos fueron sepultados en un mausoleo ubicado en el Parque Central de Managua.
Martínez asegura que hablar de la exhumación de los restos del Comandante Carlos Fonseca es vivir y sentir este hecho en que fui uno de los dirigentes de la operación, como si fuera hoy a pesar que han transcurridos más de 40 años.

I.- Introducción al Testimonio
Encontrar y exhumar la osamenta del Comandante Carlos Fonseca, era como encontrar la tumba de Sandino.
Espero que este testimonio sea un elemento motivador de conciencias: que llegue claro a las nuevas generaciones; los jóvenes; nuestros relevos; que siembre inquietudes para estudiar y entender bien la historia; que contribuya para que los estudiantes sepan identificar lo verdadero de lo falso; a fin de que no les engañen y ni les manipulen; para que todos podamos recordar o entender las luchas pasadas en el campo y la ciudad de las generaciones anteriores.
Igualmente que sepan comprender la invaluable contribución que brindaron los colaboradores de la guerrilla y los colaboradores urbanos, para no olvidar la represión, las torturas y muerte de miles de campesinos en las montañas y de miles de obreros y estudiantes en las ciudades; de los mártires cristianos y sindicales asesinados. Todo estos servirá para que dimensionemos el significa de la paz, de la dignidad, de la soberanía y el costo humano de la lucha que pagaron héroes y mártires para lograr la liberación de Nicaragua y para defender nuestra revolución que cualquier agresión contemporánea.
En 1979, inmediatamente después de la toma de Waslala, le planteé al comandante Lumberto Campbell, Jefe Militar del comando de Waslala, la búsqueda del lugar donde estaba la osamenta del comandante Carlos Fonseca, la cual realizaría conjuntamente con Rodolfo Amador Gallegos y José Santos Sovalbarro. El comandante me autorizó bajo la condición de no descuidar los trabajos políticos y organizativos que teníamos en Waslala y sus comunidades, ostentaba en ese entonces la dirección política del comando de Waslala.
Asumimos el reto y en agosto del 1979 teníamos localizado el sitio donde estaba localizada la osamenta del Comandante y Padre de la Revolución Sandinista Carlos Fonseca Amador, esto era en la comunidad de Dipina.
Por instrucciones del comandante Campbell, esto le fue informado al comandante de la Revolución, Bayardo Arce, quien me indicó que el compañero Roberto Sánchez, responsable de Relaciones Públicas del Ejército Popular Sandinista (EPS); sería el contacto único directo y permanente con mi persona para realizar el traslado a Managua; lo cual se mantuvo hasta la exhumación de los restos del Comandante.
Con el compañero Roberto Sánchez se programó el envío de un helicóptero pequeño para viajar a Dipina; suministró además urna especial (metálica) donde se depositaria la osamenta. Roberto informo que el helicóptero pequeño era el medio indicado para viajar a esa comunidad, y que solo podrían viajar con el piloto dos compañeros. Por lo tanto, considere que los más indicados éramos el Cro. Rodolfo Amador Gallegos ¨Hugo¨ y el suscritos; quienes realizamos con mucho cariño esta especial y extraordinaria misión.
Personalmente introdujimos en la urna toda la osamenta del comandante y de otro que le acompañaba; la llevamos a la plaza del poblado porque ahí se habían concentrado más de 200 personas, entre ellos muchos colaboradores de la guerrilla que querían despedirse. De Agatón. Después salimos a Waslala , ahí introdujimos la urna pequeña a un ataúd grande y como ejército popular le hicimos dos homenajes de despedida de la montaña uno el día 7 que quedo en el comando y otro el 8 de noviembre de 1979
Luego, el 8 de noviembre, se hizo entrega de la urna al comandante David Blanco y otros compañeros quienes partieron para Matagalpa en un helicóptero grande, que también los llevo a Managua y depositar dignamente la osamenta del padre, maestro y guía en el mausoleo, en Managua, donde hoy descansan.
Hablar de la exhumación del Cte. Carlos Fonseca; es revivir y sentir este hecho en que fui uno de los dirigentes de la operación, como si fuera hoy a pesar de haber trascurrido más de 42 años.
Más de 150,000 valiosos hermanos que dieron su sangre; donde muchos al igual que Carlos y Sandino, no querían siquiera un puño de tierra para su sepultura y no tuvieron un campo santo o cementerio para descansar y recordarlos. Hay familias que no tienen dónde llevar flores el 2 de noviembre, ni dónde visitar a sus mártires; hay compañeros que se conforman con el recuerdo de los días de lucha por no saber dónde está su tumba y su osamenta.
La mayoría de ustedes entienden el gozo que sentimos aquel 19 de julio de 1979, cuando, de alguna manera, éramos parte de esa revolución triunfante que como soñaba Carlos Fonseca; derrotaba a una cruel dictadura y al intervencionismo norteamericano que la patrocinaba. Entienden también el interés, la importancia y la emoción que sentíamos un grupo de jóvenes en las montañas Waslala en 1979 por haber encontrado la “tumba del guerrillero”.
Y nuestra expresión; de que Encontrar y exhumar la osamenta del Comandante Carlos Fonseca, era como encontrar la tumba de Sandino.
Con profundo respeto y con la mayor responsabilidad; he realizado estos escritos; los he expuesto con mucha emoción y orgullo de ser testigo de estos hechos históricos. Los he anotado ajustados a la verdad; y expuesto con mucha pasión en varias oportunidades. Considero que representan, una excepcional y quizá la más importante misión en que he participado en mis 55 años de andar por caminos de lucha revolucionaria y/o en mis 21 años de labor profesional en diversos proyectos de la Revolución sandinista en nuestras montañas.
Es una historia fidedigna, narrada por alguien que vivió los hechos; y alimento con datos de hermanos sobrevivientes, como Serafín García, Alvenis Miranda, Orlando Talavera, Lino Centeno y otros compañeros. He tratado de escribir y presentarlo con todo el soporte posible y la mayor claridad de hechos; con aportes y sugerencias de compañeros; con contenidos y elementos de la zona; su marco histórico; con antecedentes en esa época; detallados poco a poco; su autorización, su planificación, las coordinaciones y acciones necesarias y el rol de los que dirigimos y participantes; para cumplir esta sagrada misión.

II.- Presentación pública del testimonio.
La primera presentación pública de este testimonio la hice en el 2018, en la UNAN-Jinotepe, a solicitud del Cro. Salvador Vanegas Guido, ministro asesor para la educación de la Presidencia de la República.
Fue un honor exponer ante 110 compañeros de Carazo (Policías, combatientes históricos, secretarios Políticos, alcaldes, Juventud Sandinista, profesores, estudiantes etc.) todos artífices esenciales de la lucha, defensa y liberación en Carazo.
La segunda presentación de este testimonio se realizó en coordinación con el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) y se realizó en el Palacio de la Cultura, en el salón Augusto C. Sandino, el 20 de noviembre del 2020, esta segunda oportunidad de presentación se hizo ante un público numeroso.
Una tercera presentación se hizo el día 5 de noviembre de 2021 en la Sala Rubén Darío del Palacio de la Cultura.
III.- Publicaciones
Primera publicacion.
Esta se originó en noviembre del 2018, cuando el Cro. Roberto Sánchez estaba a cargo de la Dirección en Patrimonio Histórico de la Alcaldía de Managua. Me encontré con él de manera casual en una pequeña oficina de Patrimonio Histórico de la Alcaldía de Managua llena de libros.
Se alegró de verme y me dijo:
¿”Hermanito dónde estabas perdido?¨
Tomamos un café y conversamos un buen tiempo, recordando la odisea de la exhumación; eje central de nuestra la plática; al final me expreso: ¡vos no te me vás sino dejamos amarrada una entrevista con
¨Visión Sandinista¨ tu testimonio es valioso es un hecho histórico” ¡Así nació, después de 29 años, en este encuentro, la primera publicación de esta misión! Esa vez, me regalo un libro sobre Managua.
Así Roberto propició la primera publicación de este testimonio en la revista Visión Sandinista en su edición de diciembre 2008, en que aparezco como personaje del mes.
Segunda publicacion:
Esta se dio en el año 2014 cuando como miembros de la Promoción Azul 1963-1968 del instituto Ramírez Goyena publicamos un libro titulado “El Goyenista Azul”, el cual contiene un relato parcial de este testimonio. La publicación fue similar a la realizada en el 2008 por “Visión Sandinista”. A inicios del 2016 encontré de nuevo a Roberto Sánchez trabajando esta vez para la asamblea Nacional; ahí le pregunte la posibilidad de publicar el testimonio en esa instancia.
El respondió: “tenelo por seguro hermano”, me regalo el libro; Carlos Fonseca el Bibliotecario” y me dijo: el próximo aniversario de Carlos Fonseca; pero él enfermó y no se pudo realizar.
Anterior a este hubo otro intento fallido con Caruna, en ese entonces aquella institución trabajaba en el Caribe Norte y no fue posible la publicación.
Primera publicacion virtual:
En octubre del 2020 le envié al Director de Patrimonio Histórico un borrador de mi exposición en el Palacio de la Cultura realizada en ese año. En noviembre del 2021 recibí la notificación del Dr. Clemente Guido en que me informaba que se publicaría este testimonio de manera virtual, por lo cual le pedí algunos días para revisar y mejorar este trabajo que hoy está en sus manos.
Recibir la noticia del Director de Patrimonio Histórico de la Alcaldía de Managua, acerca de la publicación de este testimonio de forma virtual, me alegró y me comprometió a trabajar más el primer borrador que entregue el año pasado.
En este caso, el testimonio se presentó con mayor orden y con muchos nuevos aportes. Para completar detalles, he tenido colaboración de hermanos guerrilleros, como Serafín García, Orlando Talavera, Alvenis Miranda, de Lino Centeno, de Reyna Raite, de militares como el Coronel Marlon S® jefe de Operación de la FAS (Fuerza Aérea Sandinista) en 1979. También he tenido apoyo otros amigos militares como el Teniente Coronel ® Adolfo López Quintero y otros viejos amigos y colaboradores, con quien recopilo hechos y datos importantes para lograr un documento más consistente y participativo.
En especial, lo he compartido con un viejo amigo, el Padre Uriel Molina Oliú, quien expresó lo mucho que faltaba de un documento de esta naturaleza.
Además, existen una veintena de miembros del Proyecto de Desarrollo Integral de Waslala ¨Carlos Fonseca Amador que establecimos un grupo de whatsapp que nos ha venido dando sus aportes y comentarios; asimismo e localizado a varios hermanos campesinos de la región y mantengo comunicación permanente con ellos.
Copia del primer borrador este testimonio lo envié al Comandante Lumberto Campbell, a la Oficina del Comandante Bayardo Arce, al Instituto Nicaragüense de Cultura, INC, a Dirección de Patrimonio Histórico de la Alcaldía y la Asamblea Nacional para que estimen a bien su utilidad.
Mi mayor interés es presentarlo al Compañero ¨Fanor¨ (Lumberto Campbell) al Comandante Bayardo Arce y al Comandante Guerrillero David Blanco.
En todas estas publicaciones he recibido el apoyo del Círculo Literario del Adulto Mayor y el apoyo permanente de muchos de sus miembros como Pedro Rodríguez, José Arias, Guillermo Mejía, Lesbia González y Pedro Pablo Siezar.
IV.- Concepción de un Ejército Revolucionario en Waslala
Con el jefe militar de Waslala, Lumberto Campbell; concebimos una estructura que propiciaba la organización y desarrollo de lo que considerábamos el nuevo concepto revolucionario de un ejército; que se proyectara en Waslala; atendiendo el establecimiento de un Comando Militar y los problemas prioritarios que ese entonces encontramos en la población. Asimismo buscando soluciones de manera conjunta a la población civil mediante un trabajo organizado y disciplinado.
Cada acción, cada paso, cada plan era revisado y autorizado por el Cte. Campbell, a diario realizábamos asambleas como jefatura, con la tropa para evaluar el trabajo.
Considerábamos que atender los aspectos políticos, era principalmente dar respuesta a los aspectos de salud, educación, atención de la recreación de niños y jóvenes y no perder de vista lo productivo, el abastecimiento, el comercio; en fin, todo lo económico y social que pudiera incidir a lo interno del Comando y en la población civil. Pero todo esto no estaba circunscrito a Waslala; nuestras estructuras organizativas y acciones las reproducíamos o multiplicábamos con la población civil en todas las comunidades.
Conformamos el Comando de Waslala, fusionando a un grupo
¨Chapiollo¨ bajo mi dirección (que éramos los más numerosos, pero con poco experiencia militar) con los compañeros de la ¨Pablo Úbeda¨ que era un grupo Selecto de guerrilleros que llegaba Waslala baja La Dirección del Comandante “Fanor” (Lumberto Campbell). Estaban entre ellos Serafín Garcia, Irvin Dávila, Francisco Díaz (¨Paquito¨) José Santos Sovalbarro (¨Chele Adrián¨) Lucio Bore (Jairo Palacios) Mario Noguera; Julio y Manuel Aguilar, Francisco….. ( ¨Chico Plomo¨) etc. Después se integró Reynaldo Arauz un compañero de la Columna
¨Pablo Úbeda¨ que se había perdido en ¨Rosa Grande¨ en el último combate. Seidy Rivas guerrillera de Matagalpa se integró también al Comando.
Además Llegaron a conformar el Ministerio del Interior Rodolfo Amador Gallegos, ¨Hugo¨, guerrillero matagalpino que fuera liberado con la toma del Palacio; integrándose también a esta estructura el compañero Orlando Talavera, Omar Halum, Kamil Rosales y otros colaboradores.
Así se atendía Waslala: organizado desde un inicio Equipos de educación; de Salud; de producción: de atención de mujeres y niños y estos los reproducíamos de manera similar en las comunidades; las visitas propiciaban el desarrollo y crecimiento, con ejecuciones claras y dejando por escrito todo lo que hacíamos.
Así logramos llevar y mantener un funcionamiento normal de la población. Se engendraron proyecciones visionarias como el hospital, escuelas, Proyectos productivos de granos básicos, hortalizas, producción de cacao, etc.; caminos, talleres de Costura; tiendas populares en Waslala, Bocaycito y Rancho Grande; acciones para saborear realidades; ej. “el iniciar” a pulso “la construcción del “Hospital Fidel Ventura” (guerrillero caído de la columna “Pablo Úbeda”).
V.- El Trabajo Político Organizativo en las Comunidades.
Desde el triunfo de la revolución, salíamos de Waslala en misiones de organización y apoyo a comunidades, recorriendo a pie esas montañas (no existían los caminos actuales); dormíamos en cualquier sitio donde nos agarrara la noche y todos nos turnábamos para garantizar la vigilancia nocturna. Al mes de agosto de 1979 teníamos 10 comunidades organizadas.
La inicial base organizativa formada hacia julio de 1979, definía un marco de referencia del campo de acción, establecía claramente la visión y misión de organización comunitaria en todo Waslala; las misiones a comunidades eran militares, de seguridad, organizativas, productivas y de búsqueda de caídos.
Al inicio, en Waslala éramos todo esto significaba que hacíamos de todo. Atendíamos militarmente en el comando y atendíamos a toda la población de Waslala y sus comunidades en que se nos requería y en todo lo que considerábamos que era necesario atender; la salud, la educación, la producción, el abastecimiento, los niños, las mujeres y los jóvenes.
Como responsable político del comando de Waslala; además de la estructura del comando, creamos una estructura para atender la población de Waslala y sus comunidades; así se atendía los aspectos que considerábamos necesario desarrollar a lo interno de nuestras tropas, e incidíamos desarrollando todo lo que era necesario en el pueblo y sus comunidades.
Cuando no existían o no se habían creado otras estructuras de organismos de masas (que se dieron después) los militares atendíamos todo desde las instalaciones del cuartel; proyectándonos con acciones concretas en el pueblo
Para la atención de la población, seleccionamos inicialmente unos 10 compañeros de los que podían tener más nivel de preparación entre ellos estaban Enrique Ferrufino, (estudiante de Medicina atendiendo los aspectos de salud) Alvenis Miranda ¨Carlos¨, (atendiendo los asuntos de educación y productivos) Felipe Luna, (atendiendo tiendas populares) Socorro Torres Luna, (atendido mujeres y niños) además estaban los hermanos Paula, (¨Katia¨), Argentina (¨Kenia¨) y Cesar González. (Todos ellos hijos de don Tomas Zeledón asesinado por la Guardia), la Cra. Reyna Raite, Eduardo Aguirre, Porfirio Soza, estos últimos apoyaban en diferentes labores y otros integrantes
Este esfuerzo inicial, nacido del EPS, quedó plasmado para la posteridad en el Proyecto de Desarrollo Integral de Waslala, Carlos Fonseca Amador” y que apoyó la Comunidad Económica Europea. Este organismo correspondió su formulación con el envío de asesores y yo fui su primer director.
Toda la atención civil ciudadana se convirtió en lo que fue el “Proyecto de Desarrollo Integral de Waslala ¨Carlos Fonseca¨ donde se integraron nuevos miembros como Linnet Sequeira (¨Waslalita¨) (q.e.p.d.) Beatriz Blandino, (¨Zinica¨); Inés Rodríguez, (¨Dipina¨) Rene Martínez, Roberto Martínez, José Hernández (¨Chepe¨)(qepd); Ernesto Miranda; y otros compañeros.
VI.- Localización de tumba de guerrilleros.
Llegamos a la parte de la historia con mayor responsabilidad y esto era buscar las comunidades que conocieron a los guerrilleros caídos, los colaboradores que apoyaron la lucha y los detalles de momentos vividos con ellos en esas comunidades y expresados con la verdad histórica; sin que existieran dudas o vacíos.
Al iniciar la misión de encontrar el lugar donde habían enterrado al comandante Carlos, solo disponíamos de nuestro compromiso revolucionario, el nombre de la comunidad donde había caído: “Bocas de Piedra”, y algunos comentarios o “decires” Aquí murió, pero se los llevaron a enterrar a otro lado.
Estas expresiones eran comunes en las comunidades que visitábamos; cuando los guardias, o los jueces (chivatos) mataban a un dirigente campesino o a un guerrillero acostumbraba a trasladar los cadáveres a comunidades vecinas diferente al lugar donde caían, su objetivo era esconder a los caídos y así evitar que se dieran entierros populares de nuestros hermanos…
Las visitas a las comunidades fueron constantes y desde Julio de 1979, eran visitas con acciones concretas, bien definidas, planificadas. En Waslala habíamos organizado comisiones de apoyo con los pobladores del lugar y multiplicábamos las estructuras en lo posible en cada comunidad.
La misión especial adicional a la organización comunitaria era localizar el sitio donde habían enterrado al Comandante Carlos Fonseca.
Realizamos varios viajes a la zona donde cayó Comandante Carlos Fonseca Amador para localizar la comunidad y el lugar donde fue enterrado; iniciando esta misión en julio de 1979; completándola en noviembre para celebrar el tercer aniversario de su caída.
Fue así que en el mes de agosto, ya teníamos localizada en Dipina, la tumba del Comandante Carlos y la de Edgar Munguía “La Gata” en Ocote, Tuma.
En una misión por Las Bayas, Rodolfo Amador también había encontrado la tumba de Claudia Chamorro.
Para todos los compañeros caídos en las montañas se hicieron las respectivas evacuaciones y actos de despedida en Waslala. En Ocote Tuma, Edgar Munguía estaba enterrado en el propio poblado y toda la comunidad sabia donde se encontraba. Me correspondió ir a este poblado a traer su osamenta e igual que en Dipina, la población de Ocote Tuma despidió a la “Gata Munguía”. Miembros de la comunidad expresaron; que esté fino joven en su quehacer guerrillero se había ganado el cariño de esa comunidad. Participó esta vez en la despedida de Edgar una representantes de los maestros cubanos; la profesora Marka Suarez.
Igual que cuando se localizaron los restos del Comandante Carlos Fonseca, estaba presente para recibir su osamenta el comandante David Blanco; esta vez acompañado de familiares del compañero Edgar Munguía.
VII.- Autorización de la “Misión” y dirigentes Principales
La misión emprendida en julio de 1979; hace más de 42 años; fue autorizada por el Comandante Lumberto Campbell compañero ¨Fanor¨; Jefe Militar del Comando de Waslala. En la primera semana después del triunfo de la revolución, después del
¨matutino¨ y de evaluación del trabajo, solicite a nuestro jefe militar autorización para comenzar búsqueda del de lugar donde estaba enterrado el Comandante Carlos Fonseca Amador.
Adelante dijo el comandante; pero que esto no signifique descuidar el trabajo en Waslala, ni descuiden el trabajo de organización en comunidades.
Los dirigentes principales para localizar y exhumar los restos del comandante fuimos tres entrañables hermanos sandinistas: Rodolfo Amador Gallegos, José Santos Sovalbarro y este servidor Julio Cesar Martínez. Fue una acción conjunta y debidamente planificada. Los tres teníamos diferentes orígenes y en ese momento cumplíamos en Waslala, diferentes funciones:
Rodolfo Amador “Hugo”, matagalpino experimentado, hombre de campo, guerrillero; velaba la seguridad como Jefe del naciente Ministerio del Interior.
El “Comanche Adrián” (José Santos Sovalbarro) matagalpino, de origen obrero, un empecinado guerrillero que apoyaba en el comando para lograr el mejor entrenamiento y formación militar del nuevo ejercito revolucionario;
¨Julián¨ (Julio Martínez A) político del Comando de Waslala; Lic. (i) en Admón. de Emp., y la experiencia de 4 años en la zona dirigiendo la cooperativa de café.
Participaron además 14 compañeros; de los cuales solo retengo en mi memoria a Saydy Rivas Reed, (q.e.p.d.) y Alvenis Miranda de los otros 12 no retengo sus nombres; compañeras campesinos, que hoy están en el anonimato.
“Hugo” y el “Comanche” Rodolfo y José Santos; eran dos excepcionales compañeros, de gran trayectoria; dos hermanos sandinistas tan audaces como humildes, y con gran trayectoria de lucha guerrillera.
Rodolfo: Es de los presos liberado con la toma del Palacio Nacional en agosto de 1978; conocer del territorio; tenía una finca en comunidad “Las Bayas”
José Sovalbarro era un extraordinario compañero de origen obrero, que inicio su lucha en la ciudad y se convirtió en uno experimentado guerrillero de la columna “Pablo Úbeda” y había participado en la lucha en esos lugares.
En mi caso era menos experimentado en el campo militar, tenía a cargo la responsabilidad de la organización comunitaria y llevaba la investigación para localizar los restos del comandante Carlos, era un joven que había finalizado la carrera de administrador de empresas; con la experiencia de haber está trabajando más de 4 años organizando cooperativas en esas montañas.
Y ahora el único sobreviviente del grupo de dirigente.
VII.- Participantes en la Misión y su Trayectoria
(Distribución del trabajo.)
¿Cómo nos organizamos para realizar la misión de localizar los restos del Comandante Carlos Fonseca A.?
Los miembros del grupo dirigentes teníamos roles diferentes que cumplir:
Rodolfo Amador Gallegos ¨Hugo¨: Era el responsable de Seguridad del Grupo.
José Santos Sovalbarro ¨Adían¨: Era responsable Militar de la Patrulla.
Julio C. Martínez A. ¨Julián¨: era el responsable de dar atención a la organización comunitaria y llevar el registro de pistas de los sitios donde podían estar enterrados nuestros hermanos caídos en la lucha.
Sandy Rivas Reed: era una guerrillera muy joven, dulce y la más agradable compañía que teníamos en la misión, ella apoyaba las entrevistas y recopilaba información durante el recorrido que hicimos de Waslala a Bocas de Piedra y de ahí a Dipina. Saydi Rivas era una del miembro de la llamada “insurrección de los niños en Matagalpa” de 1978 donde fue herida; traslada a Cuba y regresa para para integrarse a la lucha final.
Alvenis Miranda: apoyaba la investigación, pero su trabajo específico era la atención y organización de aspectos productivos en las comunidades. Era profesor responsable del programa del Centro Familiar Educación Rural-CFER que FUNDE desarrollaba en Bocaycito donde le integramos de lleno a la lucha.
Del resto de los 12 miembros restantes no recuerdo sus nombres solo un seudónimo, “Aurelio”; y dos apodos “el Chaparro Eduardo”, El “El Correo”.
Éramos 17 compañeros para Organizar comunidades y recopilar información.
Cuando iniciamos la misión se seleccionaron a los 12 compañeros con más experiencia en lo militar que apoyaran a Rodolfo y José en los aspectos de seguridad y de protección militar del grupo (vanguardia, retaguardia, investigación de personas sospechosas, soplones etc.)
Visitábamos las comunidades con prudencia y recelo. En esas comunidades la población vivía aún las secuelas de la represión de la guardia; de las presiones y amenazas para lograr su colaboración.
José Sovalbarro “el Comanche Adrián” cubría la vanguardia y retaguardia del grupo sobre la marcha.
En el transcurso de la misión Rodolfo controlaba las armas que podían estar en manos de pobladores; verificaba la confiabilidad de los mismos, buscaba a los guardias que pudieran estar refugiados en dichos lugares o en caseríos aledaños.

Inicio del proyecto “Carlos Fonseca Amador” de Waslala. En la imagen linnette Sequeira (q.e.p.d) con un miembro de la CEE cuando se revisaba la posibilidad de financiamiento del proyecto de desarrollo integral de Waslala.
Organización y Ejecución final:
Testimonio de Julio Cesar Martínez Aguirre. (2da Parte)
Investigación y búsqueda de osamenta del Padre de la revolución Popular Sandinista, Carlos Fonseca Amador.
Mi responsabilidad era dirigir la organización comunitaria y la investigación para localizar las tumbas en la montaña; llevando todo anotado y siendo estricto en la organización del grupo y de las comunidades, cuidando el cumplimiento del tiempo de la misión y la marcha y dirección de nuestros pasos.
Cuando iniciamos la búsqueda para localizar el sitio donde estaban los restos del comandante Carlos Fonseca no teníamos pistas exactas, lo que teníamos claro era nuestros objetivos y acciones, y teníamos la meta de localizar el lugar antes de que se cumpliera el tercer aniversario de su caída que sería el siguiente 8 de noviembre; pero creo que esto sucedió el día 7.
El grupo conformado contaba con una unidad indisoluble, éramos compañeros, amigos fraternos, sinceros, respetuosos y sobre todo firmes en organizarnos para ponernos de acuerdo en cada una de las acciones que realizábamos; con mucha disposición a realizar todas las visitas que fueran necesarias para organizar las comunidades y localizar a nuestros hermanos guerrilleros caídos en combate.
Todo nuestro andar era a pie, subiendo y bajando esas montañas, cruzando ríos, pateando lodo y regocijándonos siempre de nuestro trabajo.
Rodolfo Amador garantizaba durante la marcha el control de armas
de la población civil, verificaba la confiabilidad de los pobladores.
José Sovalbarro siempre garantizaba la vanguardia y retaguardia del grupo.
“Julián” trabajaba con Saydi en la atención de los aspectos logísticos del grupo y organizativos de la investigación del lugar donde descansaban nuestros hermanos caídos.
Cada día revisamos el trabajo emprendido y su distribución; discutíamos en detalle los avances y logros, problemas encontrados en todos los sentidos, inteligencia, militares, o aspectos políticos organizativos de las comunidades y los avances en la búsqueda que teníamos.
Así dejábamos organizado cada lugar que visitábamos, ideando proyectos de supervivencia en cada lugar y dejábamos bien establecido los lazos de comunicación con nuestras estructuras en Waslala.
Nuestra misión implicaba conocer las condiciones materiales de la comunidad, especialmente lo que era la producción para el sustento; las escuelas que existían y las secuelas de las acciones de “maestras informantes”. También estaba el proyecto de cerdos que la guardia había llevado a algunas comunidades pero que tanto maestros como este proyecto eran utilizados para mantener el control de los pasos de los guerrilleros por esos territorios.
De esta manera rastreábamos todo, escribíamos todo y dejamos a cada comunidad una nueva organización; a sus pobladores les asignábamos tareas a cumplir para las próximas visitas o encuentros en Waslala para resolver temas prioritarios.
De esta manera nombramos a don Jesús Espinoza Duarte, Coordinador del Comité Sandinista que había crecido en Dipina. Con el profesor de la escuela de Dipina; Juan Francisco Blandino, se logró llegar al punto exacto donde estaba enterrado el comandante Carlos Fonseca. Don Jesús Duarte me envió esta nota que guardo en original como un pequeño trofeo.
Fuente: https://radiolaprimerisima.com